viernes, 18 de junio de 2010

Parapeto.

Impecable andaba mi cuerpo en ese entonces, había motivación, la que yo produzco si me ejercito lo necesario. No es tanto lo que decían, si no mas bien lo que ocurría en ese lugar, por otro lado la energía se estaba debilitando, estaba entrando en un estado de mediocridad conformista y deserción a mis sueños. Se sentía asqueroso, probablemente ya tenía los síntomas de la flojera que encierra a mi país permanentemente.
No me gusta para nada usar el termino de "mi país", mas bien rechazó plenamente todo sentimiento de patriotismo habido y por haber. El escudo nacional ¿qué es eso?, ¿acaso el arma que utiliza la patria cuando se siente amenzada? y el himno nacional, otro instrumento de dominación popular, haciendo cantar a todo el pueblo una melodía que ni siquiera comprenden bien lo que dice, no es por ignorancia de estos, si no del dominio que utiliza la burguesía para que con un cántico se sientan identificados, siendo así pasado de generación en generación, cantado en las escuelas y cualquier lugar donde se sientan dignos de ser chilenos, no es rechazo al país que me cobija, es a la gente que hace este, donde vive el individualismo a flor de piel, y el idealismo es pisado por el materialismo y el consumismo en su máxima expresión.
Este es el país, donde no se aprecia la cultura, donde los animales nacionales son sólo unos cientos, donde siempre el perjudicado será el hombre del pueblo, donde el color de piel y el apellido todavía abre y cierra las puertas, donde el extranjero rubiecito es bien recibido y el moreno de acento cantado es mirado bajo los hombros y apuntado con el dedo. El país que la mayor parte del tiempo me avergüenza, que en estos momentos tiene un payaso de presidente, censurando prensa y medios audiovisuales a su voluntad para que el pueblo se mantenga tranquilo de sus alzas y arbitrariedades que se han convertido en pan de cada día, donde el significado de socialismo y facismo se ha tergiversado, degenerado y pisoteado durante los años. Y así me cuestiono y decepciono día tras día preguntándome, ¿dará lo mismo quién esté al mando de este país que se hace llamar el más desarrollado de latinoamérica?, mejor dicho; ¿que es levantado de culo?. Defraudándome y llenándome de tristeza por haber cuestionado el sentimiento de socialismo que corre por mis venas y las de mis antepasados, pero que se le hará, así es Chile, el país en el que vivo.