jueves, 11 de noviembre de 2010

Para una amiga que cruzará la cordillera

Si mirás para atrás no hay mucho, no hay nada, quizás tu pelo que se deja ver cuando mueves la cabeza de forma precipitosa, o tu olor a shampoo que se quedó en el aire como la primera gota de lluvia. Mirá un poco más atrás, donde danzabamos como perros vagos, cuando mutábamos en ferozes pero amables hienas que aceptaban un hueso como premio. Calma, no mirés tanto, que tu mirada de nena perdida en el boliche de la esquina me espanta, sigue tu camino, no olvidés que te amo y llenate de coraje para andar, pero te recuerdo que si mirás más atrás te está esperando la puerta de salida.