sábado, 29 de diciembre de 2012

Colocado mirando afuera

Sentía el viento y entonces acto seguido, diviso la cordillera nuevamente, esta vez desde mi ventana y está limpia, café, morada, lila, negra, azul, tantos tonos y pigmentos indescifrables, te ves tan chica desde acá, tan pintada. Tus lomas doradas con los rayos del sol que atraviesan nubes, tus relieves, tu perdida de forma con el cielo atrás tuyo cuando vas degradando me cubren de un placer exorbitante, ay cordillera, ay de vuestra tierra.